La investigación evaluativa en los procesos de medición de la calidad de las instituciones
Principales razones por las que considero importante la aplicación de la investigación evaluativa en los procesos de medición de la calidad de las instituciones educativas:
Un mono estruja un coco muchas veces,
pero obtiene pocos resultados; lo agita frenéticamente, lo golpea con las
palmas e incluso se lo entrega a otros, pero pierden rápidamente el interés en
la pétrea fruta; sin embargo, este no declina: el sonido hueco y acuoso que proviene
del interior del fruto le genera demasiado interés. Finalmente, lo estrella
contra una piedra repetitivamente hasta fracturar el carozo y beber con placer
de su esfuerzo. La anécdota anterior nos
ayuda a entender que la perseverancia, de la mano de la curiosidad, es un
factor decisivo para descubrir nuevas cosas, ¡y sabores!, pues nos compele a
mejorar nuestros métodos para alcanzar resultados. Extrapolando esa situación a
las personas, e incluso a las instituciones del presente, podemos concluir que
investigar y evaluar nuestros procedimientos es un camino de búsqueda de la
mejora de la calidad de los productos o servicios. Es por que ello que en las
siguientes líneas explicaré, por qué considero importante la aplicación de la
investigación evaluativa en los procesos de medición de la calidad de las
instituciones:
Ante de ir con las razones, es oportuno
conceptualizar lo que es una investigación evaluativa, para ello
tomaremos a (Ruthman, 2005) “es un proceso de aplicar procedimientos
científicos para acumular evidencia válida y fiable sobre la manera y grado en
que un conjunto de actividades específicas produce resultados o efectos
concretos”. Explicitado lo anterior, vamos con los argumentos: en primer lugar,
una investigación evaluativa nos permite obtener información de los proyectos,
programas y operaciones que se vienen realizando dentro de la institución
educativa, de esta manera podemos saber si lo observado responde a los
objetivos del área o departamento. En
segundo lugar, contribuye a establecer los cambios necesarios en los departamentos,
áreas, gestiones y procesos que debemos realizar porque no están colaborando al
desarrollo de una cultura organizacional saludable o cualquier otra situación
que no se ajuste a los fines qué debería.
En tercer y último lugar, la aplicación de la investigación evaluativa
en los procesos de medición de la calidad, nos provee de los conocimientos
necesarios para fortalecer actividades innovadoras: sean realizadas de forma
individual o por la autonomía del departamento/área que aportan un “plus” a sus
labores. Para que eso ocurra, dicha acción innovadora debe estar en relación a
nuestra misión y visión; además, los resultados notables nos pueden ayudar a
construir un aspecto diferenciador frente a otras casas de estudio.
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